Lawrence Weiner
Tomado de The Paris Review
http://www.theparisreview.org/blog/2011/02/14/lawrence-weiner
extracto
No vengo de un antecedente que tuviera alguna idea sobre lo que era el arte contemporáneo, no era ni anti ni pro, no tenía nada que ver con él. Sí recuerdo algo que mi madre me dijo cuando tenía dieciséis años. Iba a la universidad, y le dije, “Creo que seré artista, no profesor de filosofía.” Todos pensaron que sería profesor porque soy bueno para la lógica, así que me miró y me dijo, “Lawrence, se destrozará tu corazón.” Y yo pregunté, “¿por qué?” y ella me dijo, “El arte es para los ricos y para las mujeres.”
Estaba más interesado en la organización de los trabajadores y los derechos civiles en los cincuenta y sesenta. Por pura casualidad, descubrí eso que se llama arte –lo que llamamos arte contemporáneo. Donde tratas de hacer ese asunto chistoso, en el que no quieres arruinarle el día a una persona que va rumbo al trabajo, quieres arruinarle toda su vida. El arte es una posibilidad para presentar estructuras lógicas que pueden cambiar la percepción que las personas tienen sobre toda su existencia. Quise intentarlo, y creo que me quedé haciéndolo.
No hay nada más tonto que un M.F.A. (Master of Fine Arts). ¿Qué significa? ¿Aprendiste algo? No. Para ser maestro, tienes que aprender idiomas y tienes que tener estas cosas. Nadie las entiende. No creo que la forma del arte sea tan complicada que necesitas un curso universitario para poder leerla. Realmente no lo creo. El arte y la moda son los dos últimos bastiones en los que el producto en sí es lo que llama nuestra atención; realmente no importa mucho quién lo hizo. Hay una suerte de legitimación de algo que ocurre con el M.F.A. Pero Gaultier dibuja un zapato, lo ven, comienzan a producir el zapato, sale a la luz y funciona. Nadie tuvo que saber nada sobre la persona. El arte es lo mismo, algo se construye y se muestra, y entra en la cultura. Me gustan las escuelas, me gusta que la gente vaya a la escuela, pero el propósito de la Academia es dar respuestas. Si no tienen una respuesta, ofrecen una solución. El propósito del arte es hacer preguntas. Son antiéticas.
Yo no le diría a una persona joven qué hacer. Tendrán que descubrir sus aspiraciones, porqué están haciendo arte, y tendrán que sorprenderme. ¿Cómo comunicas a las personas cómo fue a finales de los sesenta y setenta, que había una guerra brutal y que afectaba a todo mundo, no sólo a los soldados, en los Estados Unidos? Era un juego totalmente distinto en aquel entonces. ¿Cómo le dices a alguien lo que supuestamente debe hacer? ¿Y cómo sé yo por qué alguien más está haciendo arte? Lo siento, no tengo ninguna declaración. Ojalá la tuviera. La sabiduría no viene con los años. Las habilidades vienen con los años, pero la sabiduría, lo dudo mucho.
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